Las recetas de esta bebida se remontan a la época precolombina. Al igual que muchas de las comidas latinoamericanas que disfrutamos hoy en día, es un tributo al ingenio de los pueblos latinoamericanos como otra receta inspirada que aprovecha la principal fuente de cereales de América Latina.
Esta bebida consiste en harina de maíz cocida y agua mezclada con bloques de azúcar de caña, que se llaman piloncillo. De este modo se obtiene una bebida fina o parecida a una papilla. A continuación, se añade canela y otros ingredientes que pueden dar el resultado final. El chocolate y la fruta son las adiciones más comunes. El atole se mezcla bien y luego se calienta.
Cuando se utiliza chocolate, que es una de las variantes más populares, se llama champurrado. El atole de chocolate se disfruta especialmente durante la época navideña. Tanto el atole de chocolate como el de frutas se suelen servir el Día de los Muertos, que es el primero de noviembre. Algunas recetas sugieren poner puré de frutas sobre la bebida en lugar de mezclarlo con los demás ingredientes. La bebida suele ir acompañada de tamales, aunque también puede comerse o beberse sola como desayuno.
Si te interesa probar el atole, en los mercados nicaragüenses y sudamericanos suele haber una versión en polvo que puedes preparar en casa añadiendo leche o agua. El atole también se disfruta en polvo y puede encontrarse en muchas tiendas de comestibles, o a menudo se pueden conseguir versiones frescas en cafés y restaurantes locales.