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Las rosquillas somoteñas son un símbolo de repostería artesanal que trasciende las fronteras de Nicaragua. Con su textura crocante y deliciosa, estas especiales anillas de maíz forman parte del patrimonio gastronómico tradicional del país.
Las rosquillas somoteñas símbolo repostería artesanal que trasciende las fronteras de Nicaragua
Las rosquillas somoteñas símbolo repostería artesanal que trasciende las fronteras de Nicaragua

Las famosas rosquillas somoteñas es un postre originario de la región de Somoto, una ciudad limítrofe con Honduras repleta de una riqueza cultural prehispánica y reconocida por los múltiples talleres artesanales de rosquillas distribuidos en el casco urbano adornado por casas de adobe de estilo colonial.

Una dulces tradiciones

A lo largo de Nicaragua podrá disfrutar de las tradicionales rosquillas, pero encontrará muchas variaciones del bocadillo en cuanto a forma, tamaño y sabor, solo dependiendo de la región donde se encuentre.

Pero en Somoto es muy común encontrarlas hechas principalmente de maíz, queso cuajado, mantequilla y leche, con lo que obtendrá un maravilloso crocante que le será difícil resistir junto a una taza de café.

El origen de las rosquillas somoteñas se remonta a una historia de amor entre dos jóvenes, la hondureña Maria Luisa Nolasco y el somoteño Francisco Vílchez Ramírez, quienes desafiaron los prejuicios de la época y se asentaron en Somoto para formar una familia.

Una deliciosa preparación

Comenzando con la elaboración de rosquillas para consumo familiar, posteriormente lo hicieron con una visión emprendedora y de negocio.

Estas rosquillas somoteñas son elaboradas con ingredientes locales como granos de maíz seleccionados y cocidas en hornos de leña con forma de cúpula donde adquieren la textura crujiente que las hace tan especiales. 

Las rosquillas somoteñas son un producto representativo de la gastronomía nicaragüense y es un delicioso manjar que encanta a turistas y locales, ya que el producto cuenta con una cadena de comercialización muy amplia y eficaz que la ha ubicado en los principales aeropuertos, estaciones de bus y centros de artesanía.

Sin duda estas deliciosas exquisiteces se han ganado el corazón de los nicaragüenses por el amor impregnado en su origen, su sabor y textura que las hacen únicas e inconfundibles.