Don Alonso de Casaos en el año 1566 asume la gobernación de Nicaragua, porque el gobernador de turno Don Juan Vázquez de Coronado había fallecido.
Un recibimiento de sabor
Para recibir al nuevo gobernador la comunidad de León estaba organizando una celebración y las damas españolas asumieron la tarea de organizar el menú, pero tenían que hacerlo con los pocos ingredientes que estaban en la localidad.
Unas de las personas más cercanas al gobernador les dieron el dato que pusieran toda su creatividad en el postre, porque la debilidad más grande del gobernador eran los dulces, sabiendo esto le encargaron el postre a Doña Juana, pionera de la “nouvelle cuisine”.
Al día siguiente luego de varias ideas Doña Juana decidió realizar una torta borracha con el toque nicaragüense, le pondría una capa externa de atolillo.
La delicia en el dulce
Se dispuso a preparar el postre con la ayuda de una de las damas, en la noche de la celebración que reunía a lo más selecto de la ciudad de León, luego de un momento de conversación, pasaron al comedor y el gobernador disfrutó de un sabroso puchero, patos de diferentes carnes y otros platos típicos del lugar.
Cuando llegó el momento del postre, el gobernador lo probó y suspiró profundamente, pidiendo conocer a la persona que había preparado tan grande exquisitez.
Al ver a Doña Juana le preguntó el nombre de tan sabroso postre a lo que ella le dijo: “Pío Quinto” a lo que el gobernador le dijo que se habían inspirado en el nombre del papa.
De ahí surgió la torta borracha nicaragüense.