La Cuaresma en muchas partes del mundo es tiempo de ayuno y penitencia, acompañada de tradiciones que reflejan la cultura gastronómica de los países. Nicaragua es un país donde parte de su población profesa el cristianismo, por lo que celebran las festividades religiosas y siguen costumbres heredadas de sus antepasados.
En la gastronomía nicaragüense encontrará platos de temporada, ejemplo de ello es la extensa variedad de comidas que puede degustar durante la Cuaresma nicaragüense. Uno de ellos es la tradicional sopa de queso o sopa de rosquillas como también es conocida. Lo esencial de este plato son las rosquillas que están elaboradas de queso y harina de maíz, ya que la sopa en sí se prepara con verduras, huevos, chiltomas, ajo, tomates, cebollas y hierbabuena.
Este plato tiene variantes de acuerdo a la región del país donde se elabore, en algunos lugares le agregan las rosquillas de maíz mientras que otros hacen la masa de las rosquillas con la sopa para darle un sabor más especial. Otra variante es la sopa de cuajada, que utiliza la cuajada como sustituto del queso.
En cuanto al origen de esta tradición en Nicaragua, hay que trasladarse hasta la Colonización, donde las nuevas costumbres religiosas marcaron el saber ancestral de los pueblos del Nuevo Mundo. Por ello los pobladores nativos adoptaron celebraciones propias del cristianismo junto con las tradiciones gastronómicas que las caracterizaba. Por ejemplo, ellos consumían sopas elaboradas con ingredientes locales, pero luego comenzaron a incorporarles ingredientes provenientes de Europa. De esta manera nace la sopa de queso, con roscas hechas con masa de maíz que sirvieron para darle espesor a la sopa y posteriormente se le incorporó el queso a la masa, convirtiéndose en el plato que se conoce hoy día y que es tan representativo de la cuaresma en Nicaragua.